El día antes de mi vuelo, por la tarde, llegó a mis manos el nuevo grupo XTR de 12 velocidades; tenía 12 horas para montar las dos ruedas, construir la bicicleta, guardarla en la funda y dirigirme al Yukón.
Por suerte tenía quien me ayudara, y puse las ruedas en manos de un montador de confianza, Andy de Stirling Bike Doctor. Así que me tocaba a mí montar el resto de la bici: empecé atornillando los frenos, ajusté las mangueras, un purgado rápido y ya tenía listo el paso 1. Monté el resto de la bici lo mejor que pude y quedé bastante satisfecho con el resultado. Recogí las ruedas, monté el nuevo cassette de 10-51, y coloqué los discos de freno. Aunque no había seguido todo el proceso al pie de la letra, la bici tenía muy buena pinta. Tal y como lo saqué de la caja, el cambio funcionaba con una precisión impresionante, fue muy fácil de montar y solo necesité realizar unos cuantos ajustes en los cables para sincronizar los desarrollos. Pero si hubo algo que me impresionó del grupo fue el buje trasero, completamente silencioso y con una rodadura suavísima. Ya tenía todo montado y solo faltaba guardar la bici en su bolsa…