Una Gran Vuelta es una auténtica bestia, una competición única en el mundo del ciclismo. El reloj no se detiene durante tres semanas, cuenta todos los segundos mientras el pelotón lucha por la victoria en etapas llanas y largas, puertos de montaña y pruebas contrarreloj. Este último tipo de carrera es uno de los momentos clave para todo corredor que tenga serias aspiraciones a hacerse con la victoria en la clasificación general. Las contrarreloj suelen ser un auténtico espectáculo donde la forma física, la cadencia y la aerodinámica afectan a la velocidad del corredor y, en última instancia, a su rendimiento contra el reloj.
Mientras intenta mantener el equilibrio en la caseta de salida de una contrarreloj de una Gran Vuelta, el ciclista es plenamente consciente de que el tiempo es un juez severo; lo que tiene por delante es una auténtica batalla contra el reloj donde cada fracción de segundo determina su clasificación final en la etapa. En una contrarreloj no hay donde esconderse, no basta con pegarse a rueda de otro, ni se puede echar mano de los compañeros de equipo. El ciclista está solo con su bicicleta y el reloj; aquí se ganan o se pierden las Grandes Vueltas.
Sucede algo muy interesante: cada corredor se presenta en la caseta de salida de la contrarreloj con un planteamiento diferente. Los escaladores con aspiraciones en la general anticipan una carrera a tope, donde intentarán limitar las pérdidas con la expectativa de que la ventaja conquistada en la montaña les bastará para mantener su posición en la clasificación general. También están los gregarios que no se centran específicamente en la clasificación general y que buscan gastar el mínimo de energía y quedar dentro del tiempo de corte. Y luego están los especialistas en contrarreloj, una raza especial que puede clasificarse en dos tipos de corredores: los afortunados que poseen la genética perfecta y pueden aspirar a la clasificación general, y otros corredores que miden la importancia de su papel en el equipo en función de su habilidad en la lucha contra el reloj.